Todos nos beneficiaríamos de pasar más tiempo al aire libre. Es decir, a todos nos enriquece y alegra el aire fresco, la luz natural y el hermoso paisaje que nos espera más allá de nuestra zona de confort. Así que, que qué esperas para disfrutar de unas vacaciones que sea todo diversión saludable y grandes recuerdos.
¿Sufres... el síndrome de la cabaña?
Con o sin hemofilia, muchos de nosotros nos hemos convertido últimamente en expertos en actividades de interior. Hemos descubierto nuevos platos en la cocina, los rompecabezas, las videollamadas con amigos, el entretenimiento en casa a la carta y hasta nos hemos convertido en expertos en hacer flexiones junto al sofá.
Pero muchos de nosotros empezamos a echar de menos cosas como el aire fresco, la luz del sol, el canto de los pájaros, los árboles y las flores, observar a los patitos en un estanque... ¡Y la compañía de los amigos!
¿Cuál es la buena noticia?
Afortunadamente, todo eso está todavía ahí, esperándonos al otro lado de la ventana, o abajo en la calle, o fuera de la ciudad. Es completamente posible tener un verano lleno de diversión al aire libre mientras se promueve la salud y se controla la hemofilia, sin gastar horas en la carretera o una fortuna en el alojamiento.
¡Comencemos!
Abre los ojos y los oídos
Vivas donde vivas, seguro que hay partes de tu país que todavía no has explorado a fondo. ¡No es demasiado tarde!
Te lanzamos algunas ideas para que empieces a ponerlas en práctica.
“Finge ser un turista en tu propio país"
Para disfrutar plenamente de ser un turista en tu propio país, intenta verlo con ojos totalmente nuevos. Esto significa: olvídate de lo que ya sabes, si es posible. Prepara algunas cosas esenciales (o los accesorios de picnic que te gusten, si sale el sol) y regálate a ti y a tu familia un día de excursión que agradecerás.
Que no te frene la refrigeración del factor cuando hagas planes de verano. Pero siempre es buena idea comprobar el calor que va a hacer en el exterior y seguir las orientaciones precisas, o consultarlo con el médico.
“Piérdete en una ciudad y pide indicaciones”
No saber dónde estás puede ser una experiencia emocionante y a la que cada vez estamos menos acostumbrados gracias a los servicios de GPS de los teléfonos. Así que, cuando salgas a explorar zonas desconocidas de tu país, permítete el lujo de perderte en alguna zona urbana y pedir ayuda. Te sorprenderá lo dispuesta que está la mayoría de la gente a ayudarte a encontrar el camino...
“Ve al lugar más bonito que conozcas y no lo publiques en las redes sociales”
¿Alguna vez has pensado cuánto de la vida nunca llega a las redes sociales? Tiene que ser la mayor parte, ¿no? Es mucho más fácil, para todos en realidad, compartir solo los momentos divertidos y maravillosos y no las partes aburridas o dolorosas. En consecuencia, nuestros avatares de las redes sociales acaban viviendo el tipo de vida que nosotros mismos solo podemos soñar.
¿Por qué no le damos la vuelta a esto desconectando durante unas horas idílicas? Camina o monta en bici, si es posible, hacia un lugar precioso donde el ambiente te relaje y te llene de energía al mismo tiempo. Y luego siéntate y respira... ¡sin contárselo a nadie en las redes sociales!
“Aprende a identificar 10 pájaros locales”
Los ornitólogos son de las personas más apasionadas y entregadas del mundo. Puede que (¿aún?) no seas uno de ellos. Pero intenta fotografiar y observar a 5-10 pájaros autóctonos de tu zona y probablemente te preguntarás cómo es que nunca les habías prestado atención.
Una vez que los sepas identificar observándolos, aprende a distinguirlos también por el canto. Búscalos en YouTube para aprender más rápido.
Es hora de que tu cuerpo participe... y tus amigos
Después de haber disfrutado del aire libre con la vista y el oído, ha llegado el momento de involucrar más a tu cuerpo. Empecemos con una actividad que está hecha para tus vacaciones.
“Corre entre los aspersores como un niño de 8 años después de comerte un helado”
El titular lo resume bastante bien. De hecho, lo único que hay que añadir es: ¡Elige un día caluroso! Y asegúrate de que el césped esté bien horizontal para minimizar el riesgo de resbalones sobre la hierba mojada.
Si tienes más de 8 años, puedes comenzar andando, como si nada, por los aspersores un par de veces para coger impulso. (La mayoría de los adultos hace años que no se permiten esta clásica actividad veraniega. Puede que al principio estés un poco oxidado).
“Haz saltar a las piedras a una gran altitud”
Conseguir enlazar una bonita cadena de parábolas haciendo saltar piedras planas sobre la superficie de un lago es una de esas destrezas que deben haber hecho las delicias de la gente desde antes de la Edad de Piedra. Lo incluimos aquí porque combina habilidad y diversión de una forma única que atrae a la gente de todas las edades.
¿Por qué a una gran altitud? ¿Lanzar piedras es diferente realmente en las montañas? Bueno, en realidad no. No obstante, si vives en una zona montañosa, te sugerimos que vayas a pie o haciendo senderismo hasta tu lugar de lanzamiento de piedras. ¡Haz ejercicio por el camino! De esta forma, matas dos pájaros... de una pedrada...
Además, elige un día que haga buen tiempo y plantéate combinar la actividad con otras de este post, por ejemplo, la de descansar por un tiempo de las redes sociales.
“Juega a los bolos en el jardín utilizando un balón de voleibol y botellas de agua”
“No dejamos de jugar porque envejecemos”, dijo un autor en cierta ocasión, “envejecemos porque dejamos de jugar”. Para comprobar esta afirmación, ¿por qué no ponerla en práctica con unos buenos amigos en un caluroso día de verano? Todo el mundo puede jugar a los bolos, ya verás. Podéis inventar vuestras propias reglas.
Apostamos a que vas a rejuvenecer, o al menos, te sentirás más jóvenes y os reiréis a carcajadas también. Y, por último, pero no por ello menos importante, jugar a los bolos en el jardín es una manera estupenda de abrir el apetito para la siguiente actividad...
“Prepara una comida en una hoguera o barbacoa con amigos”
He aquí otra actividad tan antigua como intemporal: cocinar al aire libre. Pero ¿por qué la gente moderna disfruta demostrando, varias veces cada verano, que no se necesita maquinaria ni electricidad para cocinar una comida deliciosa?
Puede que tenga que ver con la sensación de auténtico logro personal y la rápida sensación de libertad que se obtiene al cocinar al fuego bajo el cielo abierto. Volver a las rutinas básicas es, sin duda, la mejor alternativa en cuanto a simplicidad, y puede ser bueno para la mente, sobre todo si llevas una vida ajetreada.
¡Nos vemos afuera!
¡Así que ese es el plan! Sal afuera, deleita tus sentidos, usa tu
cuerpo y pasa tiempo con tus amigos.
Esperamos que las sugerencias anteriores sirvan para recordarle que las mejores cosas de la vida siguen siendo gratis.